Ayer tiré un calzoncillo.

¿Y todo esto para un email LuisMi?

Estas de coña!!!

Seguro que ya estás buscando el botón de desuscribir.

Sigue leyendo solo por el esfuerzo de haber abierto el email.

Puedes pensar que tirar algo en la basura es sencillo.

Lo metes en un bolsa.

Metes más cosas para rellenar la bolsa.

La cierras.

La llevas al contenedor.

Fin de la historia.

Luego la bolsa tiene un viaje que en algunos casos conocemos y en otros no.

La estructura mental que tenemos con las cosas nos influye mucho.

Hay algunos que acumulan todo lo que les llega a sus manos.

Hasta hay una enfermedad cuando el caso es extremo y se llama diógenes.

No se si será una enfermedad, pero acumular archivos digitales aunque no ocupen espacio físico, también debería entrar dentro de esta categoría.

¿De verdad ves todo lo que te descargas de internet?

¡Si apenas tienes tiempo de ver algo en Netflix!

Luego tenemos el otro caso extremo de quien se hace minimalista y no tiene absolutamente nada.

Youtube está lleno de personas que parecen que les han robado la casa.

No tienen nada.

Ya un boli les parece mucho.

Luego tenemos aquellas personas que tienen hijos.

Sean mayores o grandes, es impresionante la cantidad de cosas que se acumulan.

Mi casa parece una tienda de juguetes.

Puede que tu no estés en ninguna, o puede que estés en toda.

O puede que poseas cosas como si eso te diese algún estatus en la vida.

Lo que me ha pasado a mi es que nunca me cuestioné porqué compraba algo.

Ahora ya me lo cuestiono.

Por eso te hablo del calzoncillo.

Porque cuando tiro algo, trato primero de ver si lo puedo vender.

Sino, trato de donarlo.

Y si tampoco encuentro a nadie, a llevarlo a un punto limpio.

Si esto tampoco es posible, al final lo tiro a la basura.

Esta estructura mental me ayuda a cuestionarme las cosas.

¿Para que quiero comprar eso?

¿Lo necesito?

¿Me aporta algo nuevo?

¿Tengo tiempo o espacio para ello?

Como me planteo las cosas desde el punto de vista de desacerme de ellas, puedo ver todo el viaje que haría y así la compra de cualquier cosa me la cuestiono antes.

De tal manera que mi viaje hacia el minimalismo se compone de dos aspectos.

El primero es comprar cosas que sean útiles y sobre todo duraderas por lo que si tengo que pagar de más no me importe.

Lo segundo es que para introducir algo nuevo, primero tengo que desacerme de lo que tengo y como no es un proceso sencillo, elimino impulsos y reflexiono si realmente lo necesito.

Así que mi viaje minimalista no consiste en no tener nada, sino en tener aquellas cosas que me aportan tiempo y energía.

LuisMi

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