Ayer estaba zombi.

Con una cara de perros y mejor humor.

Por la noche había cantado un perrito una serenata.

Vamos que me desperté como si hubiera tenido una noche de fiesta, pero sin alcohol.

Son de esis días que haces cosas son saber muy bien porqué.

Y muchas cosas.

Pero con la sensación de haber perdido el tiempo, y tener la cabeza embotada de cosas por hacer.

Lo peor es que sin darte cuenta te apuntas a 2 newsletters más que no vas a leer, otro podcast que no vas a escuchar, y tres PDFs que no sabes dónde guardar para leer en el dos mil treinta y cinco.

Estos días son peligrosos no por lo cansado que estés, sino por qué te cargas de más cosas que no vas a poder asumir.

Todo por un perrito.

Los detalles importan.

Y en un negocio más.

No tiene que ser perfecto, sino que todo cuadre.

Asumir más de la cuenta es entrar en una parálisis.

Todo es plantearte si quieres un autoempleo o un negocio. Y un negocio no depende de ti.

Tengo una comunidad en Telegram, por ahora es gratuita.

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