Irte sin despedirte
Jun 23, 2022 5:30 pm
El viernes fue mi último día en una comunidad de pago.
Decidi que no me compensaba continuar.
Cosas que pasan.
No me despedí, y no esperé nada.
No se si alguien se dió cuenta.
Al revés pasa con mi hija.
Cada vez que se va al cole con la madre.
Le doy un beso de despedida.
Para mi esa despedida es importante.
Hay una diferencia abismal entre las dos.
Me refiero a las emociones, no a las despedidas.
Emocionalmente nos unimos a multitud de situaciones, objetos, situaciones.
Busca en tu armario y seguro que habrá ropa que no podrás tirar.
¿Alguna emoción te recuerda?
Por eso con la edad, tendemos a acumular cosas.
El problema son las emociones asociadas.
No las cosas.
Ni los objetos.
Ni las situaciones.
Por eso cuando hablan del PIB y de la macroeconomía, simplemente nos la resbala.
Esta no nos abraza por la noche.
Aunque sea más importante que esa camiseta hecha harapos.
Las emociones hacen que emprender de joven sea relativamente más sencillo que cuando nos hacemos mayores.
Y creo que debería ser al contrario porque de mayores tenemos más experiencia.
Lo que nos limitan son las emociones.
Cuando somos jóvenes nos creemos superman.
Que podremos cambiar el mundo.
Que podemos estar días sin dormir.
Que somos más atrevidos.
Todo esto porque no nos vinculamos emocionalmente.
Menos con los amores locos de verano, que duraban eso un verano.
Porque que algo nos guste mucho, no debe ser nuestro negocio.
Porque un negocio debe dar dinero.
Al principio puede que no, pero siempre hay que buscar el beneficio.
No nuestra pasión.
No el amor.
Nos guste o no.
El mundo no está hecho de abrazos.
Uno de los mejores consejos que oí sobre negocios.
Y no aquel que ganó seis cifras con su formula ultra mejorada de la lavadora.
Fue que empieza algo que tenga una pizca que te guste, y que tenga otra pizca de que te paguen por ello, y que te suponga no más de dos horas a la semana.
Se paciente y constante.
Haz pruebas para ver quien quiere algo por lo que pagarte.
Se paciente y constante.
Cuando inviertas cada semana un 20% del tiempo de tu jornada laboral, y hagas un 50% de tus ingresos, estarás preparado.
Yo empecé la casa por el tejado, y se me cayó la casa, el tejado, los cimientos y hasta el vecino del quinto.
LuisMi
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