Nadie nace sabiendo todo.

Ni una parte.

Y con la edad es peor.

Hoy veía un vídeo de lo que piensan que va a pasar unos expertos.

Todo paja.

No te dan acciones a realizar.

Solo lo que ellos creen que pasará.

Tu te enganchas.

Y parece que aprendes algo.

La realidad es que a tu cerebro le sirve para desconectar.

Le importa bien poco lo que está oyendo, porque no tiene que esforzarse.

No se enfrenta a una situación incómoda.

En ese caso si aprendería algo.

Pero nos gusta irnos a lo fácil.

Tan fácil que nos olvidamos que existe un proceso.

Me pasó igual con una consultoría que hice en Linkedin.

Me explicó que necesitaba centrarme y enfocarme en en algo para conseguir clientes.

Yo no supe explicarle que tenía una mente inquieta.

Es como un habitante en tu cabeza que no para de hablarte.

¿Como lo silencias?

Porque sin silenciarlo es complicado enfocarse.

Te conviertes en un buscador de objetos brillantes.

Con eso no llegarás lejos.

O te pasará lo que a mi.

Acabar en el lugar incorrecto.

Por eso es importante el encontrar mentores que te acompañen, sino también que puedas sintonizar con ellos.

La mayoría los encontrarás enlatados, o con formas diferentes pero con el mismo sabor.

Varias ideas de mentores me han hecho perder tiempo que es mucho más importante que el dinero invertido.

Ahora lo tengo claro.

¿Y tú?

Grupo telegram de mentes inquietas: Link.

Consultoría de una hora para valorar tu proyecto: Enlace