El viernes no pudo ser.

Mi compromiso para mandar un email de lunes a viernes se rompió.

En una conversación con mi mujer sobre un conflicto del colegio de mi hija, pues la conversación se fue de madre.

Y el rato de escribir el email de fue a la mierda.

Nos pasa a todos.

Estamos perdidos en nuestros pensamientos.

O en el último chismorreo.

Todo para evitar enfocarnos en cosas aburridas.

Esas que te darán la vida que quieres.

Todo está conectado pero tú no quieres avanzar.

Sólo quieres otra dosis de dopamina.

Tienes el pensamiento limitante de que el éxito no es alcanzable y que el dinero es complicado de conseguir.

No te crees con posibilidad de conseguir mejorar tu situación.

Tu empleo es tu red paralizante.

Puedes salir de ese bucle infinito.

Sólo es dar un pequeño paso.

Y repetirlo.

Y no saltarse los viernes.

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