Nos han vendido una gran mentira.

Un mundo que no existe.

Con las pelis de Disney me lo paso bomba.

Cuentan historias para entretener.

Y pasártelo bien en el sofá, o en el cine.

Pero la realidad es otra cosa.

Totalmente opuesta.

No quieren que pensemos por nosotros mismos, solo quieren vernos en un parque de atracciones consumiendo.

Hace unos años pensaba que el mundo era Happy flower y que las situaciones malas pasaban en países extranjeros.

Como en mi trabajo, que piensas que la basura la separan y hacen algo útil con ella.

La realidad es que la mezclan toda y alguien se la lleva a una explanada. No tengo ni idea si consiguen aprovechar algo.

Así que esa mezcla es tóxica hasta para las ratas. Que ayer apareció una que no había soportado lo que había comido.

Pensar que la realidad es como nosotros queremos, es hacernos trampas al solitario.

Es emprender con una bola al pie. Sólo conseguiremos hundirnos pensando que los culpables son otros.

Así la mejor opción que te queda es ser funcionario. Podrás culpabilizar a quien quieras.

Si quieres cambiar tu vida, el camino es transformarte interiormente. Enfrentarte al mundo real es saber parar golpes y continuar.

La peli de Disney es en otra sala.

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