Hoy me pongo en modo hard. Hard skills me refiero, tranqui.

Trabajo en una fundición de aluminio como director de calidad.

Fabricamos piezas para automoción que luego terminan por ensamblarse en empresas de Alemania, Polonia, Turquía, Sudáfrica, Tailandia, Estados Unidos, México y muchos otros países.

Pero lo importante no es a dónde viajan las piezas. Lo importante es que, estén donde estén, funcionen, y sobre todo que garanticen seguridad. Porque detrás de cada componente hay personas. Y si una pieza no está bien… la consecuencia puede ser una no conformidad o algo pior. Así que la responsabilidad es alta.

Por eso toca formarse también en Ensayos No Destructivos (NDT en inglés).

El otro día te hablaba de los RX, que sí, son rayos X, pero no de hospital. Aquí no escaneamos huesos, escaneamos aluminio.

Nos interesa saber si una pieza tiene óxidos, rechupes, poros internos o grietas invisibles que no se ven a simple vista pero que pueden comprometer todo. Es como hacerle una ecografía a una culata, pero sin batas blancas ni fonendoscopios. Es mirar dentro sin romper, detectar antes de que el problema ruja a 120 km/h.

Y hace un par de semanas tocaba formación sobre auditoría de producto según la norma VDA 6.5, me tocó volver a oír una de esas perlas industriales: las pruebas de niebla salina. Que no, no es un tratamiento para la piel ni una moda wellness, ni una terapia de descongestión nasal.

Es una cámara donde se somete una pieza metálica a un ambiente agresivo de sal en suspensión para ver si resiste o si empieza a oxidarse como un colador olvidado en el fregadero. Flipa, quizás no debería de decir flipa, pero a mi me flipa, la verdad.

El formador repitió lo de las pruebas de niebla salina como 15 veces en ocho horas. No porque le hiciera gracia, sino porque sabía de la importancia de esa NDT.

¿Y qué es la VDA 6.5? Una norma alemana que, en esencia, viene a preguntarte esto: “¿De verdad crees que esta pieza se puede montar en un coche sin comprometer la seguridad del que va dentro?”. Y eso, que te lo pregunten en alemán, en inglés o en aragonés, pesa.

Por eso también es liderazgo conocer las normas, entender lo que implican, y saber auditar un producto con criterio.

“Porque liderar no es solo motivar o tener visión. Es también bajar al taller, al GENBA*, y entender los porqués técnicos, y saber cuándo una pieza está bien… y cuándo no.”

Y es que en cualquier trabajo lo tienes que tener muy asumido:

“La calidad no se controla. Se construye desde dentro.”

—W. Edwards Deming

4 preguntas para líderes que pisan fábrica:

1. ¿Cuánto controlas, de verdad, los aspectos técnicos de tu trabajo?
2. ¿Tienes la formación que exiges o esperas de tu equipo?
3. ¿Qué error podrías evitar si entendieras mejor una prueba o proceso clave?
4. ¿Qué mensaje transmites cuando te formas en algo?

Y si te atreves con esas, te lanzo una quinta. Pero esa no va al correo. Esa va al coraje.

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P. D. No hay piezas pequeñas en un coche. Ni aprendizajes inútiles en un líder.

P. D. 2. Una pieza bien hecha no llama la atención. Una mal hecha… la llama toda. Lo mismo que un buen líder y un mal líder.

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Un abrazo con método,

Chema Portero

Coach de líderes imperfectos que eligen hacerlo mejor cada día.

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