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Oct 07, 2025 5:26 pm
¡Hola !
Como CETI percibimos una apremiante necesidad de formarnos para la presencia profética.
En Guatemala, este mes se celebra el Día para la Niñez, esa fecha y las historias de niños y niñas más vulnerables y muriéndose alrededor del mundo inspiran un escrito que nos recuerda estas dolorosas realidades y la importancia de las voces que llevan a la acción por el Reino de Dios y su Justicia.
Almas Pequeñas, Voces Proféticas
En la mañana del primero de octubre,
Guatemala le despertó en celebración a la infancia:
inflamos globos que no sabían del lamento del mundo,
para manos pequeñas que aún creen en promesas.
Pero hubo llanto en clínicas donde laten historias
de caritas que se opacaron en espera;
camiones de alivio quedaron detenidos por leyes,
y la cura quedó inútil fuera de alcance.
Niños y niñas, rostros a imagen del invisible,
con sueños escritos en la piel y en el hambre,
se apagaron en un cuarto donde nadie oyó
la urgencia que la indiferencia dejó pasar.
En el día del niño y la niña, pasamos la cuenta:
no basta recordar con flores o con fotos,
si los que pueden hablar se cubren de papeles;
si la justicia se esconde tras fronteras.
¡Que se levanten voces como faros!
No para señalar por señalar, sino para abrir puertas,
para obligar al mundo a mirar donde duele,
para que la política no pese más que la vida.
¡Que nuestras voces sean manos que vuelcan mesas!
Que limpian expedientes (y templos) y ponen en marcha camiones;
que el lamento se vuelva acción, la memoria obligación,
y la promesa de que nunca más falte lo imprescindible.
Por cada alma que se fue sin medicina, sin comida,
por los que aún esperan con ojos de niño,
prometemos no solo llorar el 1 de octubre,
sino encender cada día hambre por justicia que cuide.
- Andres López
*Las historias de los niños y niñas que inspiran este poema pueden leerse en este link.
